ENTREMÉS Nº
5
Seguimos en
la peluquería de Marga-
Y de su
ayudanta:
Entra en la peluquería una nueva
clienta, Marga se queda un poco sorprendida, pues parece una puerta de lo
maquillada que va.
Marga: ¡Buenos días señora! ¿Qué quiere hacerse?
Clienta: ¿Cómo me ve?, creé usted que soy bellísima?
Marga un tanto extrañada por
la pregunta.
Marga: Pues verá señora, creo que está usted muy
bien
Clienta: ¡claro! Usted es mujer y no ve lo
extraordinario de mi belleza,
puedo asegurarla que
los hombres me florean, porque no pueden
resistirse ante tanta perfección.´
Marga, y su ayudanta la
miran y la remiran, y lo único que ven son los dos quilos de pintura, no ven
esa belleza despampanante.
Clienta: Hágame algo que disimule mi belleza, pues
me cansan tantos halagos
y piropos,
disimule mis rizos, estíreme un poco el cabello y así pasaré más desapercibida.
Marga y su ayudanta no
salen del asombro pero…..esta señora de que va, si es del montón, bueno su pelo si es bonito, cuchichean
Marga: Si, si, así disimulará su extraordinaria
belleza. con sorna
Suena la campanilla de la
puerta, y Marga se vuelve, con
asombro ve que entra un hombre
bien parecido con un ramo de
rosas, se postra delante de
la señora, y con gran ceremonia le
entrega el ramo a la clienta diciéndole: a través del cristal
he visto su esplendorosa belleza no he podido resistirme a
su hermosura he corrido a
buscar estas humildes flores
para expresarle mi más
rendida admiración, su belleza es
inconmensurable, déjeme besar
su mano, ¡ay! Muchas gracias,
pasará mucho tiempo hasta que
la olvide.
.
Marga: Mira a su ayudanta, las dos quedan
asombradas, no entienden
nada, pero como es posible
que haya entrado un hombre a
declararle su belleza, Pero
estamos locos, por donde ha mirado
a esta mujer con dos kilos de
pintura en su rostro,
Marga: sigue peinándola mientas su ayudanta prepara
una crema para
desrizarle un poco el cabello-
Vuelve a sonar la campanilla,
y entra otro señor, Marga no se
lo puede creer, el señor viene con una orquídea, y
poniéndose
delante de la clienta, se la
entrega diciéndole: Es usted la
mujer más hermosa que han visto mis
ojos, y le aseguro que
he visto muchas damas, ya que
soy marino, y he estado en los
cinco continentes, permítame
que la de un casto beso en la
mejilla.
y con la misma se
va, Marga no se lo puede creer, es inaudito
Clienta: Ve lo que la digo, pues eso me pasa en la cafetería,
en el
supermercado, a la entrada o
salida del cine, en el transporte
público, ya sea tren, autobús, o avión, siempre pasa lo mismo,
Marga: Ya, si no lo veo no lo creo, no me extraña
que se canse de
tanta admiración, terminará
usted empachada de tanto
halago.
Clienta: No lo sabes usted bien, espero que con
este cambio de look
pase más desapercibida.
Vuelve a sonar la
campanilla, y entra el hermano de Marga, a
esta no le da tiempo de
decirle nada, trae una caja de
bombones súper adornada,
y poniéndose delante de la
clienta le suelta: ¡Oh!
Hermosa dama, cuanta belleza irradia,
es usted el ser más
perfecto de la creación, su belleza me
obnubila, me ciega, me
trasporta a lugares infinitos, gracias
por tanta belleza, y por
dejarme contemplarla unos instantes,
la retendré e mi pupila para
siempre. Y con delicadeza besa
su mano y se va.
Marga: Me quedo tonta, si este no ha dicho más
de diez palabras
Seguidas, ¿de donde ha
sacado esa retahíla?
Ayudanta: En mi vida le he oído
hablar así y mira que llevo años aquí.
Clienta: Con Prisa bueno, bueno, cóbreme, que
tengo prisa. Se va
hacia la puerta y sale
apresuradamente.
vuelve a sonar la
campanilla, y entra Vicente el hermano
de Marga.
Las dos van como lobas hacia él. Pero bueno tú estás
tonto, mira que
gastarte el dinero en bombones
para una señora que no
conoces, y que además de guapa
nada de nada, vistosa si , y con una capa de pintura
que le pesa la cara
dos kilos más.
Vicente: ¡Pero que decís mujeres!, si me ha dado cien
euros y la
caja de bombones con un
papelito con las frases que he soltado,
como comprenderás por cien
euros la canto hasta la traviata,
¿Han venidos dos hombres no?. las dos a dúo, sii.
vicente: Estábamos en la plaza y ha venido con los obsequios y un papel
con lo que teníamos que decir.
vicente: Estábamos en la plaza y ha venido con los obsequios y un papel
con lo que teníamos que decir.
y otro hombre que pasaba por allí, nos comentó
que es una adinerada, y
que paga a la gente para que la echen piropos
que paga a la gente para que la echen piropos
Marga: Acabáramos, ya me parecía a mi algo raro,
¡La pobre! Yo creo que está
un poco jaula y muy sola.
A.R.G: