José Ramón Saiz Viadero
De nuevo ha acudido José Ramón
Saiz Viadera, a nuestra aula de caligrama. Esta vez no visita para hablarnos
del incendio de Santander acontecido en 1941 y de la consecuencia de aquella
catástrofe, que cambió por completo a la ciudad de Santander.
José Ramón Saiz es Escritor, periodista
especializado en todo lo relacionado con la historia y cultura de Cantabria. En
su charla nos llevó por la historia del incendio de Santander y de cómo comenzó
dicho incendio.
No comentó que el gran incendio
que asoló la ciudad de Santander, aquella nefasta noche de un 15 de febrero de
1941. Empezó sobre las diez de la noche en la calle Cádiz, una chimenea mal
apagada y un fuerte viento sur a más de noventa kilómetros por hora, provocó
que una pavesa incendiara ese tejado y pronto el fuerte viento se encargó de
propagarlo por todos los edificios colindantes. El cielo de la ciudad se tiño
de un rojo intenso, y el pavor y el miedo cundió entre la población que nada o
casi nada podían hacer frente aquellas lenguas de fuego que iban devorando lo
edificios, calles enteras, y más de 500 comercios. El fuego llega al Banco de
España, correos y hacienda, edificios de piedra que frenaron el incendio
haciendo de barrera natural. El ingeniero Ribalaigua, al mando de esta operación,
manda dinamitar el frente de la calle Sevilla, para salvaguardar la central
eléctrica de Viesgo. Curiosamente a este devastador incendio se le llamó el
andaluz, porque comenzó en la calle Cádiz y terminó en la calle Sevilla. A
pesar de la magnitud del incendio solo hubo una víctima mortal un bombero
madrileño.
Después de quince días de fuego y
destrucción, la ciudad muestra su cara cargada de desolación y escombros,
pereciendo en esta vorágine unos 376 edificios 1783 viviendas sobre unas
cuarenta calles que quedaron borradas para siempre, y el noventa por ciento de
los comercios, Así mismo unas 10.000 personas se quedaron sin hogar y sin nada.
La catedral también se vio afectada no fue hasta 1953 cuando se terminó su
reconstrucción
LA solidaridad desde todos los
puntos de la provincia no se hizo esperar, así como la de todo el territorio
nacional e Hispano América, los indianos
también contribuyeron, al enterarse de lo ocurrido; muchos de ellos partieron de
Santander hacer las Américas, pero con la ilusión de volver a la tierruca; por
ello fueron generosos en sus donaciones para su reconstrucción.
Así comenzó la reconstrucción de
una nueva ciudad dentro de una ciudad devastada, Purificándose la nueva ciudad que
se expandió y con ella una nueva clase social se incorporó a la ciudad. Ya que
debido a la especulación del suelo nacieron nuevas fortunas, emergiendo
empresas nuevas como fueron las de desescombro y la zona que antaño fuera de pescadores y
gentes más humildes, se convirtió en la zona rica de la ciudad. De la gran
cuestación para mitigar los daños del incendio nunca llegó a los que lo tenían
que recibir, se perdió más de la mitad, nadie ha sabido que pasó de aquel dinero.
Hoy Santander es una ciudad
cosmopolita, conviven en ella un crisol de culturas, y la ciudad se ensanchó
mostrándose esplendida, abierta a esa Mar Cantábrico tan poderoso y bello a la
vez.
Pero Santander sigue temiendo al
viento sur cuando llega, y se siente aliviada cuando por fin se aleja por el
Sardinero.
Desde el taller de caligrama, una vez más le damos las gracias a José Ramón Saiz Viaadero que ha acudido a nuestra aula para deleitarnos con su charla sobre el gran incendio de Santader.
Desde el taller de caligrama, una vez más le damos las gracias a José Ramón Saiz Viaadero que ha acudido a nuestra aula para deleitarnos con su charla sobre el gran incendio de Santader.
Anécdotas. Emilio Pino, el que era
entonces alcalde de Santander, se vio superado, por las circunstancias y toda
la presión de la gente. Muriendo en la indigencia unos años más tarde.
José Ramón Sáez Viadero nos dice:
que a él en su casa le llamaban el niño resquemado, porque nació a los tres
meses del incendio.
A.R.G.