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martes, 15 de marzo de 2016

Visita al Aula Caligrama de José Ramón Saiz Viadero.La charla fue sobre el incendio de Santander









José Ramón Saiz Viadero
De nuevo ha acudido José Ramón Saiz Viadera, a nuestra aula de caligrama. Esta vez no visita para hablarnos del incendio de Santander acontecido en 1941 y de la consecuencia de aquella catástrofe, que cambió por completo a la ciudad de Santander.
 José Ramón Saiz es Escritor, periodista especializado en todo lo relacionado con la historia y cultura de Cantabria. En su charla nos llevó por la historia del incendio de Santander y de cómo comenzó dicho incendio.
No comentó que el gran incendio que asoló la ciudad de Santander, aquella nefasta noche de un 15 de febrero de 1941. Empezó sobre las diez de la noche en la calle Cádiz, una chimenea mal apagada y un fuerte viento sur a más de noventa kilómetros por hora, provocó que una pavesa incendiara ese tejado y pronto el fuerte viento se encargó de propagarlo por todos los edificios colindantes. El cielo de la ciudad se tiño de un rojo intenso, y el pavor y el miedo cundió entre la población que nada o casi nada podían hacer frente aquellas lenguas de fuego que iban devorando lo edificios, calles enteras, y más de 500 comercios. El fuego llega al Banco de España, correos y hacienda, edificios de piedra que frenaron el incendio haciendo de barrera natural. El ingeniero Ribalaigua, al mando de esta operación, manda dinamitar el frente de la calle Sevilla, para salvaguardar la central eléctrica de Viesgo. Curiosamente a este devastador incendio se le llamó el andaluz, porque comenzó en la calle Cádiz y terminó en la calle Sevilla. A pesar de la magnitud del incendio solo hubo una víctima mortal un bombero madrileño.
Después de quince días de fuego y destrucción, la ciudad muestra su cara cargada de desolación y escombros, pereciendo en esta vorágine unos 376 edificios 1783 viviendas sobre unas cuarenta calles que quedaron borradas para siempre, y el noventa por ciento de los comercios, Así mismo unas 10.000 personas se quedaron sin hogar y sin nada. La catedral también se vio afectada no fue hasta 1953 cuando se terminó su reconstrucción
LA solidaridad desde todos los puntos de la provincia no se hizo esperar, así como la de todo el territorio nacional  e Hispano América, los indianos también contribuyeron, al enterarse de lo ocurrido; muchos de ellos partieron de Santander hacer las Américas, pero con la ilusión de volver a la tierruca; por ello fueron generosos en sus donaciones  para su reconstrucción.
Así comenzó la reconstrucción de una nueva ciudad dentro de una ciudad devastada, Purificándose la nueva ciudad que se expandió y con ella una nueva clase social se incorporó a la ciudad. Ya que debido a la especulación del suelo nacieron nuevas fortunas,  emergiendo empresas nuevas como fueron las de desescombro  y la zona que antaño fuera de pescadores y gentes más humildes, se convirtió en la zona rica de la ciudad. De la gran cuestación para mitigar los daños del incendio nunca llegó a los que lo tenían que recibir, se perdió más de la mitad, nadie ha sabido que pasó de aquel dinero.
Hoy Santander es una ciudad cosmopolita, conviven en ella un crisol de culturas, y la ciudad se ensanchó mostrándose esplendida, abierta a esa Mar Cantábrico tan poderoso y bello a la vez.
Pero Santander sigue temiendo al viento sur cuando llega, y se siente aliviada cuando por fin se aleja por el Sardinero.
Desde el taller de caligrama, una vez más le damos las gracias a José Ramón Saiz Viaadero que ha acudido a nuestra aula para deleitarnos con su charla sobre el gran incendio de Santader.
Anécdotas. Emilio Pino, el que era entonces alcalde de Santander, se vio superado, por las circunstancias y toda la presión de la gente.  Muriendo en la indigencia unos años más tarde.
José Ramón Sáez Viadero nos dice: que a él en su casa le llamaban el niño resquemado, porque nació a los tres meses del incendio.
A.R.G.



PINTANDO ILUSIONES poesía


St Mark's, clock, astronomical, Venice:






Pintemos nuestras ilusiones de
mil colores,
pongamos sobre la tela, el fondo
azul de las nubes con estrellas
pintemos aquellos caminos que
no recorrimos jamás,
sin olvidar el instante en el que
sentimos en nuestra piel la libertad,
Pintemos de nuevo las sendas   que
que se cruzan con nuestros vivencias.
dejándonos fragmentos de belleza
natural sobre nuestra faz
Pitemos esa noche, en que volveré a
buescarte, para pintar nuestras almas
de bellos colores
Pintemos la luna del color de nuestras
almas, puras y blancas
para que así iluminadas de color de plata
podamos jugar en la playa
y fundir nuentros cuerpos desnudos en la
noche clara, bañados por hilos de pasión
formando un solo ser, cuando en realidad
somos dos.

A.R.G.




A.R.G.