Y LLEGARON LOS TRES REYES MAGOS
Encontré en el viejo desván entre
la multitud de cosas inútiles un pequeño libro de pastas de un material
desconocido, me llamo la atención, ya que estaba en perfectas condiciones, para
lo viejo que aparentaba
Hice una pila con la mayoría de
trastos para bajarlos por la ventana y llevarlos al contenedor de basura, pero
decidí hacer un pequeño alto en mi tarea y me senté sobre una caja de madera
que parecía bastante sólida.
La tarde estaba cayendo y el sol
se ponía por el horizonte, pero estos últimos rayos entraban con fuerza por la
lucera del desván justo iluminando mi rincón,
Abrí aquel libro que me pareció
tan especial y me encontré que era un relato sobre la Navidad, pero de hacía
dos mil años, En la primera hoja ponía que estaba ocurriendo ahora, pensé,
como era posible esto. Las hojas se pasaban solas hasta que volvió al principio. Y
entonces empecé a leer las historias que sus hojas contenían.
Empezaba así: Tal vez después de
muchos años alguien coja este libro que es mágico y está creado para perduran
durante siglos, y para que se sepa su contenido. Todo aquel que lo abra no
podrá parar de leerlo, todo cuanto le rodea que quedará suspendido en el tiempo
hasta el final de la historia.
Cada año se vivirá esta experiencia en un lugar y país distinto, tu que has
empezado a leer y eres de la provincia de Cantabria tendrás las vivencias de tu
comarca, el Infante nacerá el cuenca del Besaya concretamente en el alto de la
montaña, pero de hace dos mil años,
Me vi envuelto en tumulto de
gente que con fardos voluminosos iban y venía por las sendas que conducían
hacia un lugar que se debía de llamar (Belén)
pero se llamaba alto de la Montaña, en la comarca del Besaya. Deje la ciudad
principal para acercarme a un pequeño pueblo, no había nadie, algún perro que
ladraba aquí y allá. Seguí mi camino por veredas caprichosas de recodos
pedregosos, me encontré con un pastor que llevaba en sus hombros un fardo de
leña y le pregunté. ¿Dónde están las gentes de pueblos y aldeas por las que voy
pasando que no están en sus casas, él me dijo: ¡es que no sabes la gran noticia?
No, él dijo: esta noche nacerá el niño Dios el Salvador de la tierra. Llegarán
María y José a un humilde pesebre, la noche es fría y no tendrán con que
abrigarle, pero una mula y un buey con su aliento le protegerán de la gélida
noche. En algunos lugares el Ángel ya les ha avisado y se han puesto en camino,
pues distan muchas leguas.
Todos les llevan ofrendas, yo no tengo que llevarle, así que le ofrezco este fardo para que hagan una hoguera y calienten el pesebre. Dejé aquel buen hombre y seguí por otra senda, sentí el frío en mi cuerpo pero como podía ser si estaba en el desván de mi casa. Levanté la viste y era completamente de noche y comprobé con asombro que no estaba en el lugar que creía. La noche se cerró aún más, me vi por los senderos y caminos descritos en el libro.
Todos les llevan ofrendas, yo no tengo que llevarle, así que le ofrezco este fardo para que hagan una hoguera y calienten el pesebre. Dejé aquel buen hombre y seguí por otra senda, sentí el frío en mi cuerpo pero como podía ser si estaba en el desván de mi casa. Levanté la viste y era completamente de noche y comprobé con asombro que no estaba en el lugar que creía. La noche se cerró aún más, me vi por los senderos y caminos descritos en el libro.
Oí una dulce música a lo lejos, apresuré mi
paso y pronto me vi junto a unos cuantos pastores que recogían su ganado poniéndose
en camino hacia el alto de la Montaña, decidí hacer el camino junto a
ellos, se iban agregando personas. La noche se tornó clara, una dulce melodía
nos acompañaba, reinaban una paz y una alegría que inundaba nuestro ser hasta
lo más hondo del alma , vi sus ofrendas, manteca, leche, lana, corderitos, pan
tortillas de Reinosa, Palucos de Cabezón, rosquillas de Santillana, quesucos de
Potes, polkas de Torrelavega, sobaos y quesada pasiego, de la Vega de Pas,
sacristanes de Lierganes, corbatas de Unquera , y de la zona costera el pescado
más fresco que jamás yo viera. ¿Pero yo que le podía ofrecer? No tenía nada,
busqué por mis bolsillos y lo único que tenía era mi billetero y un mechero.
Decidí que le ofrecería el mechero para encender la leña del pastor.
Entonces oí la historia, era un
cúmulo de conversaciones que se cruzaban entre si formando una algarabía. Hasta
que sonó una cuerna, en el cielo apareció una estrella y todo quedó en silencio
solo la melodía celestial que no cesaba. Todos juntos nos dirigíamos al Alto de
la montaña. Ya eran riadas de gentes con antorchas y cantando aleluyas. Alguien
tiró de mí y me sacó del gran grupo, y sentándome en un tronco de árbol caído
me obligo a seguir leyendo el libro. En el que contaban como los Magos de
oriente estuvieron a punto de no poder adorar al niño Dios, Aquella persona me
dijo: tú no puedes adorar a ese niño; no es tu tiempo y mucho menos ofrecerle un
mechero, ahora escucha; un narrador invisible te contará la historia y cuando
finalice volverás a tu casa y el libro se habrá quedado en otro lugar, para que
otras personas lo encuentren y se vaya repitiendo este acontecimiento que
perdurará en el tiempo.
Empieza así: Hace dos mil años
estuvo a punto de no celebrarse la llegada de los magos de oriente, uno de
ellos era el propietario de este libro.
Todo comenzó cuando la gran
estrella que surcaba los cielos y se podía ver desde todos los confines de la tierra,
se topó con unos asteroides que dejaron atrapada su cola y no podía seguir su
camino para orientar a los tres magos. Estos la veían desde sus continentes
pero estaba estática. Ya habían recibido la noticia de que el Niño Dios nacería
en Belén. Ellos iban guiándose por la estrella, pero llegaron a un punto es que
este no se movía, estando desorientados de porque la estrella no seguía su
camino. Así pasaron varios días, el nerviosismo se apoderaba de ellos, tenían que
llegar en la fecha prevista. El rey Melchor hizo un conjuro y llamó al viento,
pero este le dijo que no tenía noticias que le preguntaría a la luna si ella sabía
por qué no avanzaba la estrella.
El viento así lo hizo y pronto
trajo noticias, La luna desde su posición lo veía todo pero nada podía hacer,
la gran estrella estaba atrapada entre dos meteoritos que permanecían inmóviles
en el espacio. Entonces Melchor hizo otro conjuro y llamó a la luna; este se
acercó todo lo que pudo a la tierra, y Melchor le pidió que hablase con el
viento interestelar a ver si con su fuerza cósmica podía mover aquellas rocas.
liberando a si a la estrella para que continuase hacia Belén y se cumpliera lo
escrito.
La luna llamo a su amigo el
viento interestelar, este se presentó raudo y después de hablar con ella la
dijo: tengo que comunicarme con todos los elementos del cosmos, pues a estos
meteoritos les han guiado para que retengan a la estrella de ocho puntas que
está iluminando esta parte que siempre está en penumbras. Y al señor del
universo no le gusta la oscuridad. Así que ha decidido retener a la
estrella. La Luna le dijo: habla con él
y que la deje partir, pues tiene una misión importante que cumplir en la tierra, así será siempre. Dile al señor del cosmos que hay una estrella llamada Mogliata
que está dispuesta a cambiarse por ella y quedarse para siempre en esta parte
negra y oscura para que deje de serlo. El viento de nuevo voló raudo por la vía
láctea y llevó el recado. Pero el señor del universo que era prepotente y
posesivo dijo que no,
Entonces la luna se enfadó y
convocó a todos los elementos favorables a ellos e incluso a los elementos de
la tierra como el trueno el rayo el granizo el viento, y después de una gran asamblea
decidieron todos juntos hacer frente al señor del cosmos. En el universo
estaban hartos de él, quería poseer y mangonear toda la vía láctea Este viendo
todo lo que se le venía encima, no quiso enfrentarse pues todos los reunidos
eran una fuerza mayor de lo que el tenia, así que se batió en retirada
perdiéndose en la oscuridad de la vía láctea.
La gran estrella quedó al fin
libre pero el tiempo se había echado encima y a los tres magos no les daba
tiempo de llegar. Entonces el viento del norte les dijo. Subiros a mi lomo y os
depositaré cerca de donde ha nacido El niño Dios, para que el día cinco por la
noche lleguéis para adorarle. Así quedará todo escrito en este libro y cada año
se reescribirá la historia sobre él. Tendréis que dejar un regalo en todas y
cada una de las casas donde haya niños, para que se cumpla lo escrito.
Y a ti libro te doy la potestad,
de que seas tú él vayas contando la historia cada vez que alguna persona te
coja y esté dispuesto a leerte, para ello se te ha dotado de poderes propios,
que hacen que el lector caiga en tus redes
Fin
A.R.G.