Translate

sábado, 5 de diciembre de 2015

Y LLEGARON LOS TRES REYES MAGOS CUENTO DE NAVIDAD trabajo del taller de caligrama







Y LLEGARON LOS TRES REYES MAGOS





Encontré en el viejo desván entre la multitud de cosas inútiles un pequeño libro de pastas de un material desconocido, me llamo la atención, ya que estaba en perfectas condiciones, para lo viejo que aparentaba
Hice una pila con la mayoría de trastos para bajarlos por la ventana y llevarlos al contenedor de basura, pero decidí hacer un pequeño alto en mi tarea y me senté sobre una caja de madera que parecía bastante sólida.
La tarde estaba cayendo y el sol se ponía por el horizonte, pero estos últimos rayos entraban con fuerza por la lucera del desván justo iluminando mi rincón,
Abrí aquel libro que me pareció tan especial y me encontré que era un relato sobre la Navidad, pero de hacía dos mil años, En la primera hoja ponía que estaba ocurriendo ahora, pensé,  como era posible esto. Las hojas se pasaban solas hasta que volvió al principio. Y entonces empecé a leer las historias que sus hojas contenían.
Empezaba así: Tal vez después de muchos años alguien coja este libro que es mágico y está creado para perduran durante siglos, y para que se sepa su contenido. Todo aquel que lo abra no podrá parar de leerlo, todo cuanto le rodea que quedará suspendido en el tiempo hasta el final de la historia.
Cada año se vivirá esta experiencia  en un lugar y país distinto, tu que has empezado a leer y eres de la provincia de Cantabria tendrás las vivencias de tu comarca, el Infante nacerá el cuenca del Besaya concretamente en el alto de la montaña, pero de hace dos mil años,
Me vi envuelto en tumulto de gente que con fardos voluminosos iban y venía por las sendas que conducían hacia un lugar  que se debía de llamar (Belén) pero se llamaba alto de la Montaña, en la comarca del Besaya. Deje la ciudad principal para acercarme a un pequeño pueblo, no había nadie, algún perro que ladraba aquí y allá. Seguí mi camino por veredas caprichosas de recodos pedregosos, me encontré con un pastor que llevaba en sus hombros un fardo de leña y le pregunté. ¿Dónde están las gentes de pueblos y aldeas por las que voy pasando que no están en sus casas, él me dijo: ¡es que no sabes la gran noticia? No, él dijo: esta noche nacerá el niño Dios el Salvador de la tierra. Llegarán María y José a un humilde pesebre,  la noche es fría y no tendrán con que abrigarle, pero una mula y un buey con su aliento le protegerán de la gélida noche. En algunos lugares el Ángel ya les ha avisado y se han puesto en camino, pues distan muchas leguas.
 Todos les llevan ofrendas, yo no tengo que llevarle, así que le ofrezco este fardo para que hagan una hoguera y calienten el pesebre. Dejé aquel buen hombre y seguí por otra senda, sentí el frío en mi cuerpo pero como podía ser si estaba en el desván de mi casa. Levanté la viste y era completamente de noche y comprobé con asombro que no estaba en el lugar que creía. La noche se cerró aún más, me vi por los senderos y caminos descritos en el libro.
 Oí una dulce música a lo lejos, apresuré mi paso y pronto me vi junto a unos cuantos pastores que recogían su ganado poniéndose en camino hacia el alto de la Montaña, decidí hacer el camino junto a ellos, se iban agregando personas. La noche se tornó clara, una dulce melodía nos acompañaba, reinaban una paz y una alegría que inundaba nuestro ser hasta lo más hondo del alma , vi sus ofrendas, manteca, leche, lana, corderitos, pan tortillas de Reinosa, Palucos de Cabezón, rosquillas de Santillana, quesucos de Potes, polkas de Torrelavega, sobaos y quesada pasiego, de la Vega de Pas, sacristanes de Lierganes, corbatas de Unquera , y de la zona costera el pescado más fresco que jamás yo viera. ¿Pero yo que le podía ofrecer? No tenía nada, busqué por mis bolsillos y lo único que tenía era mi billetero y un mechero. Decidí que le ofrecería el mechero para encender la leña del pastor.
Entonces oí la historia, era un cúmulo de conversaciones que se cruzaban entre si formando una algarabía. Hasta que sonó una cuerna, en el cielo apareció una estrella y todo quedó en silencio solo la melodía celestial que no cesaba. Todos juntos nos dirigíamos al Alto de la montaña. Ya eran riadas de gentes con antorchas y cantando aleluyas. Alguien tiró de mí y me sacó del gran grupo, y sentándome en un tronco de árbol caído me obligo a seguir leyendo el libro. En el que contaban como los Magos de oriente estuvieron a punto de no poder adorar al niño Dios, Aquella persona me dijo: tú no puedes adorar a ese niño; no es tu tiempo y mucho menos ofrecerle un mechero, ahora escucha; un narrador invisible te contará la historia y cuando finalice volverás a tu casa y el libro se habrá quedado en otro lugar, para que otras personas lo encuentren y se vaya repitiendo este acontecimiento que perdurará en el tiempo.
   Empieza así: Hace dos mil años estuvo a punto de no celebrarse la llegada de los magos de oriente, uno de ellos era el propietario de este libro.
Todo comenzó cuando la gran estrella que surcaba los cielos y se podía ver desde todos los confines de la tierra, se topó con unos asteroides que dejaron atrapada su cola y no podía seguir su camino para orientar a los tres magos. Estos la veían desde sus continentes pero estaba estática. Ya habían recibido la noticia de que el Niño Dios nacería en Belén. Ellos iban guiándose por la estrella, pero llegaron a un punto es que este no se movía, estando desorientados de porque la estrella no seguía su camino. Así pasaron varios días, el nerviosismo se apoderaba de ellos, tenían que llegar en la fecha prevista. El rey Melchor hizo un conjuro y llamó al viento, pero este le dijo que no tenía noticias que le preguntaría a la luna si ella sabía por qué no avanzaba la estrella.
El viento así lo hizo y pronto trajo noticias, La luna desde su posición lo veía todo pero nada podía hacer, la gran estrella estaba atrapada entre dos meteoritos que permanecían inmóviles en el espacio. Entonces Melchor hizo otro conjuro y llamó a la luna; este se acercó todo lo que pudo a la tierra, y Melchor le pidió que hablase con el viento interestelar a ver si con su fuerza cósmica podía mover aquellas rocas. liberando a si a la estrella para que continuase hacia Belén y se cumpliera lo escrito.
La luna llamo a su amigo el viento interestelar, este se presentó raudo y después de hablar con ella la dijo: tengo que comunicarme con todos los elementos del cosmos, pues a estos meteoritos les han guiado para que retengan a la estrella de ocho puntas que está iluminando esta parte que siempre está en penumbras. Y al señor del universo no le gusta la oscuridad. Así que ha decidido retener a la estrella.  La Luna le dijo: habla con él y que la deje partir, pues tiene una misión importante que cumplir en la tierra, así será siempre. Dile al señor del cosmos que hay una estrella llamada Mogliata que está dispuesta a cambiarse por ella y quedarse para siempre en esta parte negra y oscura para que deje de serlo. El viento de nuevo voló raudo por la vía láctea y llevó el recado. Pero el señor del universo que era prepotente y posesivo dijo que no,
Entonces la luna se enfadó y convocó a todos los elementos favorables a ellos e incluso a los elementos de la tierra como el trueno el rayo el granizo el viento, y después de una gran asamblea decidieron todos juntos hacer frente al señor del cosmos. En el universo estaban hartos de él, quería poseer y mangonear toda la vía láctea Este viendo todo lo que se le venía encima, no quiso enfrentarse pues todos los reunidos eran una fuerza mayor de lo que el tenia, así que se batió en retirada perdiéndose en la oscuridad de la vía láctea.
La gran estrella quedó al fin libre pero el tiempo se había echado encima y a los tres magos no les daba tiempo de llegar. Entonces el viento del norte les dijo. Subiros a mi lomo y os depositaré cerca de donde ha nacido El niño Dios, para que el día cinco por la noche lleguéis para adorarle. Así quedará todo escrito en este libro y cada año se reescribirá la historia sobre él. Tendréis que dejar un regalo en todas y cada una de las casas donde haya niños, para que se cumpla lo escrito.
Y a ti libro te doy la potestad, de que seas tú él vayas contando la historia cada vez que alguna persona te coja y esté dispuesto a leerte, para ello se te ha dotado de poderes propios, que hacen que el lector caiga en tus redes
Fin
A.R.G.