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martes, 21 de julio de 2015

VAMOS A CONTAR MENTIRAS Colocar estrellas


Unas vistas de la Vía Láctea en el hemisfério sur, desde el Altiplano, en el norte de Chile..







COLOCAR ESTRELLAS

Todas las noches miraba al firmamento y me queda extasiado al contemplar el cosmos con sus millones de estrellas. Pero no me gustaba mucho como estaban colocadas, así que decidí que había que recolocarlas, ¿ cómo podría llegar hasta allí?

Pensando, pensando, me vino a la cabeza el gran misil que llevaba arrumbado mucho tiempo en lo que llamábamos la hornera, ¿por qué de ese nombre? no tengo ni idea, pues jamás hubo un horno ni nada parecido Bueno pensé que con unos arreglillos podría usarlo para que me llevase al espacio. Así que me puse manos a la obra. A una moto con sidecar le coloqué después de manipularlo el gran misil, me hice un traje espacial con tela asfáltica y nylon de la tienda de campaña, así mismo use, el aislante que tenía para la chimenea, vamos que me quedó un traje de lo más in. Reunido todo lo necesario para estar en el espacio una temporadita. El día 24 de Junio, despegué a las cinco de la mañana sin ningún problema. Me elevé a gran velocidad. Pasé junto a varios aviones comerciales, e incluso dos militares que intentaron interceptarme sin éxito, yo seguí rumbo a las estrella. Se estaba haciendo de noche, la luna salía a lo lejos, pronto me acerqué a ella. Pero esta de mal humor me grito ¡eh! Tú ¿Dónde vas? Yo cortésmente le dije: voy a colocar las estrellas. ¡Pero qué dices! lo que has oído, y nadie me va a parar Ella me dijo: vale. Pero ni se te ocurra tocar los signos del zodiaco, es peligroso, cambiaría el rumbo y acontecimiento de la tierra, vosotros nos sois conscientes de la importancia e influencia que tiene el conjunto de estrellas del zodiaco sobre el planeta azul o sea tu casa, así que decora el universo como quieras modificando el resto de estrellas pero sin tocar las que hemos hablado.Pues yo también saldría perjudicada, y eso no lo voy a consentir. Así se lo prometí y cumplí.
 Estuve como dos meses colocando y recolocando hasta que me pareció que ya estaban bien situadas y de una manera armoniosa. Con la misma tomé el rumbo de regreso, me volví a topar con la luna. Por cierto que se sorprendió bastante al verme y me dijo: ¿Pero tú todavía andas por aquí arriba? Has hecho un buen trabajo, ¿pero no has pagado un precio demasiado alto?  Y eso contesté, solo he estado dos meses, no creo que sea para tanto. Ella se rio y me dijo: Dos meses del espacio son como veinte años de la tierra. Regresarás con tus veinticinco años y encontraras que el resto de la humanidad tiene veinte años más que tú, amigos, padres, abuelos, En esto veinte años han ocurrido un sinfín de acontecimientos, y han cambiado muchas cosas, tanto en el pueblo como en la ciudad encontrarás que algunas personas afines a ti ya no están. Pero no puedo decirte más ya lo descubrirás cuando llegues, yo solo te aviso que de lo que dejaste ya casi no queda nada.

Continué mi rumbo hacia la tierra, estaba un poco acongojado, pero por otro lado quería consolarme pensando que no sería para tanto. ¿Y si la luna me quería gastar una broma?

En fin que todavía me quede un tiempo más por el espacio, no tenía prisa en llegar. Conocí estrellas que nacían, otras que morían,, agujeros negros gusanos interestelares, y cuando me cansé de todo esto metí la cuarta y a la tierra.

Lo que me encontré ni me lo esperaba. Mis padres ancianos no, ancianísimos, mis hermanos súper mayores y tres de ellos ya no estaban, lo mismo que mis amigos habían desaparecido cinco de los ocho. Así mismo vecinos, profesores, la mitad ya no estaban La ciudad nada tenía que ver con la que yo dejé, ni el pueblo ni nada de nada, pero lo peor fue que tanto familia como amigos no me reconocían pensaban que era un desliz de mi padre, o sea de mí mismo. Que había desaparecido hacia treinta y nueve años.

Desilusionado y no gustándome lo que vi, volví a rearmar el misil, y ahora vivo en la luna. Esta me dejo vivir allí con ella, y en ella estoy no sé cuánto tiempo llevo ni lo que ocurrirá conmigo, no sé si aquí te mueres o no. Ni como pasa el tiempo no tengo un espejo para mirarme, Pero todo me da igual, estoy a gusto. La luna es afable y buena comunicadora. Ella ve todo lo que ocurre en la tierra y me lo cuenta. Dialogamos, filosofamos, nos divertimos, reímos y lo pasamos bien.

A.R.G