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sábado, 18 de julio de 2015

VAMOS A CONTAR MENTIRAS 2ª mentira LAZAR NUBES


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2ª MENTIRA
LAZAR NUBES
Me encontraba en mi casa de campo. El pueblo que siempre había sido un fantástico vergel, ahora era desértico, así que estuve pensando cómo podía hacer para que lloviera y regar toda esa comarca y darle el frescor y olor de la tierra mojada.
¡De pronto! Vi una nube negra, no era muy grande, pero si vaciara su contenido se arreglaría algo la  sequía. Pero nada, pasó de largo y así una tras de otra. Se me iluminó mi mente y pensé, si subo a lo alto del campanario, y cuando pasen las echo el lazo, las cojo y las amarro,  y de esta manera tendremos agua, así que dicho y hecho. Lace como veinte nubes. Estas me insultaronm juraron en hebreo y prometieron que en algún momento se cobrarían lo que les estaba haciendo. Yo ni caso, les dije: si queréis volver a volar en libertad; solo tenéis que  depositar el agua que lleváis en vuestras entrañas sobre esa presa seca. Ellas gritaban, no podemos hacerlo. Tenemos una ruta que seguir, y unos lugares donde soltar nuestra agua, pero ninguno es este lugar. Bueno pues vosotras mismas. No os soltaré, aquí se necesita mucho vuestra carga líquida, así que o vaciáis vuestro liquido o ahí os quedáis. Después de varios días decidieron soltar todo el agua que tenían en sus entrañas, eso y el que otras nubes que al pasar las veían presas, las aconsejaron que hicieran lo que yo les pedía, que había nubes suficientes para cubrir todas las rutas. Sin que el gran jefe se enterase y descargase toda su irá sobre la tierra, sufriendo esta una gran hecatombe.
Las nubes regaron mi comarca, todo volvió a ser un vergel. Pero a mí me ocurrió una gran desgracia al cabo de unos años. Estaba en un pantano pescando, cuando de pronto se me echaron encima unas veinte nubes, que me zarandearon que levantaron olas tremendas que me vapuleaban sin piedad, me sumergían y cuando creía que ya no podía más que era mi último aliento, me sacaban y volvían a sumergir, no sé cuánto tiempo estuve así. Pero cuando se fueron riéndose a carcajadas, estaba empapado, sin fuerzas y cagado de miedo, nunca jamás lo podré olvidar. Creo que eso es lo que ellas querían, y ya lo creo que lo consiguieron. Ahora cada vez que veo unas nubes negras me entra un pánico horrible y me escondo en cualquier lugar.

a.r.g.