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miércoles, 17 de julio de 2013

Nacimiento de Francisco de Quevedo escritor español del siglo de oro resumen




     
Francisco de Quevedo
Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, conocido como Francisco de Quevedo, fue un escritor español del Siglo de Oro.





      En la iglesia parroquial de San Gines, de Madrid, se bautiza hoy , 26 de septiembre de 1.580, al niño Francisco de Quevedo y Villegas, hijo de un secretario real y de una camarera de la reina.
      Es inútil tratar  e descubrir, porque lo sabe todo el mundo, que este niño iba a convertirse  en el mejor escritor satírico y burlesco que ha tenido la lengua castellana.
      Pero Francisco de Quevedo no solo será escritor. En su agitada vida es protagonista de numerosos duelos, de los que siempre saldrá vencedor, como lo demuestra el hecho de que muriera en su cama.
      Estas frecuentes luchas obligaban a Quev3edo a cuidar su habilidad como espadachín y a estar siempre alerta para no dejarse sorprender por algún rival amoroso o algún enemigo politico.
      Una noche que transitaba por la plazuela del angel de Madrid, oyó un gran estruendo, sonoros gritos y furiosos ladridos de perros. Rápidamente saca la espada, se pone en guardia, siente una tremenda embestida y algo que se clava en su broquel ( Un broquel es un escudo pequeño, de hierro o de acero, y más comúnmente de madera, cubierto de ante y con su canto guarnecido de hierro, que tiene en el centro una cazoleta del mismo metal, hueca para que la mano pueda empuñar la embrazadura o manija).
      Lanza la defensa lejos, para actuar con mayor libertad de movimientos, y, á bulto, pues su vista deja que desear y la oscuridad es total, asesta estocada tras estocada.
              Se escuchan unos aullidos de dolor y el poeta comprende que ha acertado, Los atemorizados e invisibles testigos de la escena, que se habían escondido prudentemente , salen ahora a felicitar a Quevedo por su valentia.
               A la luz de los hachones (Brasero alto, fijo sobre un pie, en que se encienden materias inflamables y que en aquel tiempo iluminaban las calles) el poeta descubre , asombrado , quién había sido su enemigo: era una onza, una pantera, que se había escapado de la casa de un embajador. Quevedo comentó que de haberlo sabido no se hubiera mostrado tan entero.