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sábado, 16 de junio de 2012

La Rana El Sapo La Tortuga y la Culebrina Cuento

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La Rana El Sapo la Tortuga y La culebrina
La rana saltarina, es alegre y divertida, vive feliz en su charca. Todas las mañanas nada más salir el sol se pone a croar. Croa y croa subiendo y bajando tonos, luego desayuna los insectos que con su lengua atrapa aquí y allá, se mete en la charca, se da un chapuzón y luego a tomar el sol y a charlar con su amiga la tortuga feliz. Ésta sale temprano de su agujero en la tierra, y lentamente se va acercando a la charca. Cuando llega es ya media mañana. Se coloca sobre una piedra, come hojas tiernas casi sin moverse de su atalaya, luego entra en el agua, y después a tomar el sol y a cotillear un poco.


Charlan sobre los nuevos inquilinos que río arriba han llegado. Están un poco asustadas pues según dice el sapo Papo, son grandes y peludos, tienen una cola larga y nada maravillosamente. Todo el día están rio arriba, río abajo, salen a tierra, cortan pequeños árboles y los meten en el río, están haciendo una presa o algo parecido, ¿también pueden hacer un puente?, dice la tortuga feliz, La rana saltarina se queda pensando y dice: ¿para que quieren un puente, si saben nadar? Ya contesta la tortuga feliz. Depronto aparece la culebrina llamada flauta por todos sus amigos. Es delgadita, delgadita, pero muy ágil, tanto en tierra como en el agua. ¿Sabéis? Hoy he hablado con los nuevos visitantes, son castores, vienen desde muy lejos. Su río se ha secado, los hombres han cometido tal barbaridad para hacerse casas y unos cuadrados de colores donde se bañan y el agua no se va, también tienen jardines, pero no hay animales, nadie puede vivir cerca de ellos, en cuanto descubren algún intruso echan unos productos y te mueres. Por eso han venido hasta aquí.





En este lugar nunca pasará eso dice el sapo Papo, saliendo de entre la hierba, pues nosotros tenemos al tío Andrés, que nunca va a permitir una barbarie como esa.


La culebrina flauta habla de nuevo. Nuestros nuevos vecinos nos han invitado a su gran charca, quieren que vayamos mañana. ¿Son de fiar? Pregunta la rana saltarina. Sí dice el sapo Papo, yo he estado allí, y el búho Marmo me ha dicho que no hay peligro, son buenos, y además el hijo de la cierva Muqui, se cayó al río y estaba a punto de ahogarse, cuando los castores padres, lo sacaron y lo llevaron hasta la orilla, ante la mirada horrorizada de su madre que nada podía hacer por él.


Bueno pues iremos todos, la tortuga feliz se puso un poco triste y dijo: Yo no podré ir, está muy lejos para mi, y tardaría demasiado tiempo en llegar, estaban pensando en como poder ayudar a su amiga, cuando llegó la liebre Margarita, y dijo: os he oído y yo resolveré vuestro problema, vendré mañana, la ayudareis a subirse a mi lomo, tú te agarrarás a él con tus patas y yo te llevaré hasta allí, ¿Sabéis, a mi también me han invitado?.


Al día siguiente todos se pusieron en marcha muy temprano, a eso de las nueve llegaron a la gran charca, era enorme nunca habían visto tanta agua junta, y allí estaban todos los animales del bosque reunidos.


El gran castor jefe llamado Totó hablo: amigos tenemos que proteger esta tierra, y defenderla, no debemos dejar entrar a ningún hombre, pues ellos rompen las leyes de la madre naturaleza, nosotros seguimos su curso natural, respetándola. Debemos de ayudar al tío Andrés, pues el si la defiende y cree en ella, nos protege a nosotros velando para que todo vaya por cauces naturales. Habló la gran águila y dijo: esta zona está protegida para que nunca se pueda edificar aquí, el tío Andrés asi lo ha dispuesto, para que cuando él falte esto siga protegido, ha dejado su legado a todos nosotros, y lo disfrutaremos como siempre lo hemos hecho, desde los tiempos mas remotos de la historia de la tierra.


Todos se pusieron muy contentos, jugaron y rieron hasta el atardecer, después se fueron cada uno a su casa. Esa noche los temores desaparecieron y durmieron a pata suelta, pues ahora tenían la certeza, que jamás nadie les arrebataría su bosque.


Y colorin colorado este cuento se ha acabado
A.R.G.