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lunes, 26 de marzo de 2012

ARGÜEBANES POTES CANTABRIA ESPAÑA

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VADA VEGA DE LIEBANA CANTABRIA ESPAÑA

Vada (Vega de Liébana) De Wikipedia, la enciclopedia libre


País España

• Com. autónoma Cantabria

• Provincia Cantabria

• Municipio Vega de Liébana

Ubicación 43°5′23″N 4°40′33″O / 43.08972, -4.67583Coordenadas: 43°5′23″N 4°40′33″O / 43.08972, -4.67583

• Altitud 550 msnm

• Distancias 126 km a Santander

2 km a La Vega



Población 13 hab. (INE 2008)

• Densidad n/d hab./km²

Código postal 39577





Vada es una localidad perteneciente al municipio de Vega de Liébana (Cantabria, España). Está situado a 550 metros de altitud, en el centro de un valle donde confluyen tres arroyos. Dista dos kilómetros de la capital municipal, La Vega. En 2008 tenía una población de 13 habitantes (INE). En el siglo XIX aparecía escrito como Bada. La iglesia parroquial, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, es un templo de una nave y espadaña de la mampostería románica, del siglo XIII. Hay aquí unos molinos que represan el agua. En algunas casas de esta localidad están los escudos de armas de Bustamante, De la Lama y Cossío.
PEQUEÑO RECORRIDO POR TODA LA ZONA

El actual ayuntamiento de Vega de Liébana está formado por las entidades de población siguientes: Valmeo, Tudes, Tollo, Vega de Liébana, Toranzo, Campollo, Bárago, Dobres, Vada, Pollayo, Villaverde, Ledantes, Barrio, Bores, Enterrías, Dobarganes y Vejo, con sus respectivos barrios.




Iniciando la ruta hacía el municipio y, después de salir de Potes, el primer pueblo que encontramos es Valmeo.



Valmeo comienza a formar parte de la historia de la comarca lebaniega, cuando, en el año 951, Vistrilli dona varias heredades al Monasterio de Santo Toribio, citando a Baldomedio, que era el nombre como se conocía antiguamente a la población.



La iglesia parroquial está situada en el barrio de La Iglesia, en un altozano que domina al pueblo. La puerta de entrada presenta un arco de medio punto y alfiz de bolas y la espadaña se encuentra a los pies, con dos cuerpos y tres vanos. En el barrio de san Andrés existen las edificaciones de dos fraguas y el solar derruido de otra; en ésta última, parece que existió una fábrica de reparación de cañones en el año 1810, durante la Guerra de la Independencia. En este barrio también se encuentra la ermita de San Andrés. Desde Valmeo se iba por un camino de carro, denominado La Vega, hasta el pueblo de Campollo.



Continuamos recorriendo el valle y junto a la carretera, está el caserío de Naroba, barrio del pueblo de Tollo, a orillas del río Quiviesa. En el año 818 hay un pacto monástico formando un monasterio dúplice denominado San Pedro y San Pablo, que debió de tener vida efímera. Desde una carretera a la izquierda de Naroba, y contemplando varios olivos, ascendemos hacia los pueblos de Tollo y de Tudes. Tollo es topónimo preindoeuropeo y la primera noticia la encontramos en el año 1052. En la Edad Media era solar de Pero González Orejón.



A Tudes se llega contemplando una magnífica panorámica del macizo Oriental de Picos de Europa. Su población sufrió una importante emigración, principalmente a Guatemala, durante los años 60. La iglesia parroquial se encuentra a la entrada del pueblo. La capilla mayor tiene bóveda de crucería y el arco triunfal y el de la nave son de medio punto. La espadaña es popular. Parece que el edificio es del siglo XVI y la talla más antigua es una de San Sebastián de dicho siglo. Hay una pequeña talla de Santiago peregrino. Después de recorrer el tipismo que se conserva en sus calles continuamos camino hasta el barrio de Porcieda, ya sin población, con su ermita de la Virgen de las Nieves. En el camino que conduce a Potes se ven las impresionantes ruinas del convento de Tresantiago, cerca de una campera y dominando el barrio y el valle donde se asienta el pueblo de Valmeo.



Antes de llegar a Vega de Liébana, capitalidad del municipio, una carretera a la derecha nos conducirá a los pueblos de Campollo, con su barrio de Maredes, y a Toranzo. Campollo está documentado desde el año 961 y en el siglo XIV es de don Tello, señor de Liébana. Conserva una iglesia reconstruida e inaugurada en 1900, que se encuentra en la salida del pueblo en dirección a Maredes. Contiene imágenes en su interior de los siglos XVI y XVII. En las cercanías está la ermita de Santa Justa, dominado el pueblo. Es edificación del siglo XV, con retablo del XVII. Todos los años los vecinos acuden a venerar a la Santa el día de su advocación. A través de una pista podemos acceder a la Majada Nueva (1.102 metros), Palmedián (1.308 metros) y Los Corros (1.368 metros), con magníficos restos megalíticos de los pueblos pastoriles que vivieron en estas alturas.



Antes de llegar al barrio de Maredes, encontramos la ermita de la Magdalena. Desde Maredes se llega muy cómodamente al monte de la Viorna, maravilloso mirador de Liébana y Picos de Europa.



El pueblo de Toranzo, en la otra vertiente del valle, se cita desde el año 961. La iglesia parroquial tiene en su interior una antiquísima pila bautismal e imágenes de los siglos XVII y XVII. En el pueblo hubo molino y fragua y en una vivienda del barrio más alto se contemplan sobre la fachada de una casa escudos de armas de Estrada y Toranzo



Regresamos al valle y continuando por la carretera general que conduce al puerto de San Glorio llegamos a Vega de Liébana, capitalidad del municipio, donde además del Ayuntamiento hay una completa variedad de servicios y amplia oferta hostelera, pista polideportiva y bolera.



Antiguamente, la población se denominó San Vicente de Pujayo y la iglesia parroquial se encontraba en las cercanías del actual cementerio parroquial. Su barrio de Pujayo, a la entrada de la población, dio origen al nombre del concejo; además, tenía cerca de éste el barrio de Prado, ya desaparecido.



Desde Vega de Liébana cogemos la carretera que acaba en el pueblo de Dobres. Debajo del actual cementerio una pareja de la guardia civil abatió a tiros a Juanín, uno de los más famosos emboscados de la postguerra española, en el año 1957.



Pasamos junto al puente que conduce a Señas y Valcayo, poblaciones que forman parte del concejo de Vega de Liébana. En Valcayo se conserva la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, con retablo fechado en el año 1750. Continuamos hacia Dobres y pasamos junto al desaparecido barrio de La Lama, a la izquierda de la carretera, donde aún se ven los restos de la casa solariega de García González Orejón de la Lama.



Llegamos a Soberado que forma parte del concejo de Bárago, teniendo noticias de la población desde el año 929. Hay una tradición sobre la aparición de una Virgen en el lugar de Valdarria, por encima del pueblo, donde hubo una iglesia. Lo cierto es que la imagen central del retablo de la iglesia es de Nuestra Señora de Arria, del siglo XVI. Desde estos pueblos se transportaban en carros las manzanas para venderlas en los pueblos palentinos de Lores, Vidrieros y Triollo.



Desde Soberado nos acercamos a Bárago, población muy repartida y diseminada, que cuenta con iglesia parroquial reedificada en el año 1899, con magníficas tallas populares. En el barrio del medio está situada la ermita de san Roque, recientemente restaurada.



Una espectacular carretera que discurre a través de sinuosas curvas nos lleva hasta el pueblo de Dobres, donde el viajero deberá atravesar dos túneles perforados en la roca y que se concluyeron el año 1949, en un paraje donde el contraste entre la caliza, los verdes prados y los puertos de alta montaña, ponen al turista en contacto directo con la naturaleza. Las edificaciones aún conservan el tradicional tipísmo. Dobres y su barrio de Cucayo están declarados bien de interés cultural con categoría de conjunto histórico.



Regresamos de nuevo a Vega de Liébana y continuando la ruta hacia San Glorio nos adentramos en Vada, donde en su iglesia parroquial se venera la Virgen de la Piedad, de gran devoción entre los vecinos de todo el valle. En Vada podemos contemplar el antiguo molino, rincón de pintores; los edificios tradicionales y viejos aperos de labranza que dan a la población un encanto peculiar. Desde Vada una carretera nos lleva a Pollayo. Antes de llegar al pueblo aún se contemplan restos de sepulturas medievales descubiertas al abrir la carretera. Sobre la puerta de la entrada a la iglesia hay un magnífico escudo con las armas de Mendoza, de la Vega y Luna, estirpe de la cual procedía el Duque del Infantado.



Otra carretera desde Vada nos lleva por la derecha a los pueblos de Villaverde y de Ledantes y, por la izquierda, al pueblo de Barrio. Villaverde tiene en el interior de su iglesia una inscripción romana con varias tallas, además de conservar pinturas populares, y Ledantes conserva la pisa o batán más antigua de España, que servía para enfurcir el tejido que llegaba de forma tosca desde los telares de la comarca. En el interior de la iglesia, aparecieron importantes pinturas renacentistas. En Ledantes y Barrio, los vecinos partían los prados de los puertos de Riofrío, donde llevan los ganados a pastar durante la época estival. El pueblo de Barrio se encuentra al otro lado de la Peña de Socastillo, que domina el centro del pequeño valle. Tiene tres barrios escalonados: Hondón, Otero y, Hazas. Antes de llegar al barrio de Hondón se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la O, de gran antigüedad. La iglesia está en el barrio de Otero, conservando tallas populares y una antiquísima pila bautismal. En el barrio de Hazas está la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, propiedad de la familia Campillo y mandada construir en el siglo XVIII. Desde éste barrio, comienza la ruta que conduce a los puertos de alta montaña de Pineda y de Riofrío.



Regresamos a Vada y pasamos junto al pueblo de Bores, citado desde el siglo IX y donde en un muro exterior de su iglesia aparecen los restos del fragmento de una estela. En el barrio de Campo hay dos torres medievales, símbolo de las luchas de la nobleza. El Marqués de Santillana inmortalizó en sus Serranillas a una joven de Bores de la cual quedó prendado por su belleza: "Moçuela de Bores, allá do la Lama, púsome en amores". La tradición oral aún recuerda las andanzas del Marqués por las calles del pueblo lebaniego.



Continuamos el camino hacia el puerto de San Glorio y pasamos junto al pueblo de Enterrías, donde desde el siglo XIII se cita el Monasterio de san Pedro de Montero. En la iglesia hay una ventana mozárabe que pudo ser de dicho monasterio. Cerca del pueblo, los vecinos cuentan con un embalse; el de la Tejera, con una capacidad de 30.000 m3 y que se utiliza para regar las praderías.



Desde Enterrías llegamos a Dobarganes, citada desde el siglo XII y que perteneció a la Duquesa del Infantado. Desde Llan de la Peña, encima del pueblo, hasta Pico Jano, mirador de los Picos de Europa, pasando por el embalse de la Tejera, calculado para regar 500 hectáreas de pradería, podemos observar restos de construcciones del importante pasado de la población, encontrándose desde objetos de silex del periodo mesolítico hasta restos megalíticos.



El último pueblo del municipio es Vejo, que se encuentra en una hondonada a la izquierda de la carretera. Hay cinco barrios: Ongayo, Valcayo, Dobares, La Vega y, el Arroyo. La iglesia parroquial se encuentra en el barrio de Ongayo y fue edificada en 1950 con ayuda de los indianos residentes en Cuba, naturales de dicho pueblo. En Dobares estuvo la ermita de San Clodio. Antiguamente hubo en el lugar de Manzanedo otra iglesia. La escuela se construyó en el año 1920 a expensas de los indianos y se encuentra en el barrio de Valcayo. En Vejo se mantiene la tradición de segar cada año los vecinos el prado comunal de San Glorio, sorteando las parcelas.



Antes de llegar a San Glorio podemos contemplar una magnífica panorámica de todo el valle de Cereceda desde el mirador del Corzo, junto a la carretera, donde hay una talla de uno de los animales más representativos de la fauna de la comarca. Llegamos a lo alto del puerto de San Glorio (1.609 metros) y una pista a la derecha nos lleva hasta el mirador de Llesba, junto a un monumento dedicado al oso, señor de los bosques lebaniegos. El recorrido por el valle concluye con una maravillosa panorámica que desde éste lugar se ofrece del Valle de Liébana y de los Picos de Europa.