Querandíes
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Distribución aproximada de lenguas en el extremo meridional de Sudamérica en tiempos de la Conquista.
QUERANDÍES la denominación que los
guaraníes daban a la etnia también conocida como
pampas ("pampas antiguos", anteriores al siglo XIX) ya que en su dieta diaria consumían grasa de animal, significando 'hombres o gente con grasa'. Desde un punto de vista etnológico, los querandíes son el grupo más occidental de los
pueblos het.
Los querandíes ocuparon un área que va desde el sur de
Santa Fe, por el norte, hasta el pie de las
Sierras Grandes, hacia el oeste y toda el área norte de la
provincia de Buenos Aires hasta el
Río Salado por el sur.
[editar] Pueblos het
El jesuita inglés
Thomas Falkner en su obra publicada en
1774,
A description of Patagonia and the adjoining parts of South America, subdividió a los
pampas en tres grandes parcialidades:
taluhet,
didiuhet y
chechehet. El término querandí se refería más concretamente a los didiuhet más occidentales e influídos por los avá o guaraníes.
Los querandíes por tanto estaban incluidos en el conjunto de los
pámpidos. Existen muy pocos testimonios de su lengua, a parte de un par de frases y unas cuantas palabras compiladas por unos navegantes franceses en 1555, esa pequeña evidencia aunque dudosa sugiere una relación con el
gününa küne (puelche).
[editar] Modo de vida
A la llegada de los europeos en el s. XVI, el área aproximada de distribución (ya que al practicar un modo de producción cazador-recolector no eran sedentarios) de los het era la región pampeana al oeste del
río Paraná. Esto es, habitaban las actuales provincias argentinas de
La Pampa, la mayor parte de la
provincia de Buenos Aires, el centro y sur de la
provincia de Santa Fe (especialmente al sur del
río Tercero-
río Carcarañá), gran parte de la
provincia de Córdoba (adaptados ecológicamente al bioma de la Pampa templada, sus límites septentrionales se encontraban en el ecotono con la región del Gran Chaco -hacia los 31º de lat. Sud) y las penillanuras de las actuales provincias de
San Luis y
Mendoza, aunque estas zonas del
Cuyo resultaban de más difícil habitabilidad debido a su grado de continentalidad (extremos climáticos y falta de agua superficial).
Los het que vivían en las costas de los ríos Paraná y
de la Plata son aquellos a los cuales les corresponde más precisamente el apelativo
querandíes dado que hacia el s. XV habían recibido un importante influjo cultural
guaraní. En opinión de estudiosos como Rodolfo Casamiquela los
het pueden considerarse (como los
charrúas) una de las etnias
tehuelches o, lo que es igual,
patagones.
A la llegada de los europeos se destacaban por ser grandes corredores (cazaban, o mejor dicho, capturaban, a la carrera,
venados pampeanos,
ñandús, e incluso
guanacos), aunque para facilitar su actividad venatoria habían inventado dos artefactos (uno que sería clásico en Argentina): las
boleadoras y la llamada por los españoles
piedra-perdida (boleadora más primitiva, consistente en una piedra atada a una especie de cuerda realizada con cuero o tendones).
[editar] Expediciones europeas
[editar] Expedición de Sebastián Gaboto
En la carta escrita por Luis Ramírez, quien participó de la expedición de
Sebastián Gaboto en
1527, se hace mención de los querandíes:
... aquí habían venido todos los indios de la comarca que son de diversas naciones y lenguas, a ver al Señor Capitán jeneral éntre los quales bino vna dé jente del campo que dizen quirandies. Esta es gente muy ligera, mantienense de la caza que matan, y en matándola qualquiera que sea le beben la sangre porque su principal mantenimiento es á causa de ser, la tierra muy falta de agua.
[editar] Expedición de Pedro de Mendoza
El cronista de la expedición del
adelantado Pedro de Mendoza,
Ulrico Schmidel, describió a los querandíes en su obra
Viaje al Río de la Plata, llamándolos
carendies:
En esta tierra dimos con un pueblo en que estaba una nación de indios llamados carendies, como de 2.000 hombres con las mujeres e hijos, y su vestir era como el de los zechurg, del ombligo a las rodillas; nos trajeron de comer, carne y pescado. Estos carendies no tienen habitaciones propias, sino que dan vueltas a la tierra, como los gitanos en nuestro país; y cuando viajan en el verano suelen andarse más de 30 millas por tierra enjuta sin hallar una gota de agua que poder beber. Si logran cazar ciervos u otras piezas del campo, entonces se beben la sangre. También hallan a veces una raíz que llaman cardes la que comen por la sed. Se entiende que lo de beberse la sangre sólo se acostumbra cuando les falta el agua o lo que la suple; porque de otra manera tal vez tendrían que morir de sed.
[1]Con la intención de someter a los querandíes, Pedro de Mendoza organizó una expedición militar al mando de su hermano, Diego de Mendoza, que fue derrotada en las márgenes de la
Laguna de Rocha (Esteban Echeverría) el 15 de junio de
1536:
Estos carendies traían a nuestro real y compartían con nosotros sus miserias de pescado y de carne por 14 días sin faltar más que uno en que no vinieron. Entonces nuestro general thonn Pietro Manthossa despachó un alcalde llamado Johann Pabón, y él y 2 de a caballo se arrimaron a los tales carendies, que se hallaban a 4 millas de nuestro real. Y cuando llegaron adonde estaban los indios, acontecioles que salieron los 3 bien escarmentados, teniéndose que volver en seguida a nuestro real.
Pietro Manthossa, nuestro capitán, luego que supo del hecho por boca del alcalde (quien con este objeto había armado cierto alboroto en nuestro real), envió a Diego Manthossa, su propio hermano, con 300 lanskenetes y 30 de a caballo bien pertrechados: yo iba con ellos, y las órdenes eran bien apretadas de tomar presos o matar a todos estos indios carendies y de apoderarnos de su pueblo. Mas cuando nos acercamos a ellos había ya unos 4.000 hombres, porque habían reunido a sus amigos.
Y cuando les llevamos el asalto se defendieron con tanto brío que nos dieron harto que hacer en aquel día. Mataron también a nuestro capitán thon Diego Manthossa y con él a 6 hidalgos de a pie y de a caballo. De los nuestros cayeron unos 20 y de los de ellos como mil. Así, pues, se batieron tan furiosamente que salimos nosotros bien escarmentados.
Ulrico Schmidel dio una descripción de las armas usadas por los querandíes:
Estos carendies usan para la pelea arcos, y unos dardes, especie de media lanza con punta de pedernal en forma de trisulco. También emplean unas bolas de piedra aseguradas a un cordel largo; son del tamaño de las balas de plomo que usamos en Alemania. Con estas bolas enredan las patas del caballo o del venado cuando lo corren y lo hacen caer. Fue también con estas bolas que mataron a nuestro capitán y a los hidalgos, como que lo vi yo con los ojos de esta cara, y a los de a pie los voltearon con los dichos dardes.
Los sobrevivientes, se aliaron a otros y destruyeron la recién fundada ciudad de Buenos Aires:
Por este tiempo los indios con fuerza y gran poder nos atacaron a nosotros y a nuestra ciudad de Bonas Ayers en número hasta de 23.000 hombres; constaban de cuatro naciones llamadas, carendies, barenis, zechuruas, y zechenais diembus.
[editar] Desaparición
Posteriormente a la primera fundación de Buenos Aires, los querandíes recurrieron al ganado cimarrón, cazando, comiendo y domesticando caballos.
La población het fue diezmada a fines de siglo XVIII por epidemias como la de
viruela en
1621, introducida por tropas que arribaron de España al mando de Antonio Mosquera, lo que facilitó la invasión
mapuche de su territorio y su rápida mapuchización a nivel cultural, razón por la cual es hoy muy difícil encontrar rastros del idioma original de los het, o de dialectos del mismo.
El 15 de septiembre de
1643, se creó la
Reducción Jesuítica de San Francisco Javier en la zona de Luján, que fue abandonada por los indígenas a los pocos meses, al declararse otra epidemia de viruela.
Creían en un gran dios al que llamaban
Soychu, quien tenía un contendiente, espíritu del mal conocido como
Gualichu.
[editar] Descendientes
De acuerdo a la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (2004-2005) 736 personas se declararon descendientes del pueblo querandí.
[2][editar] Punta Querandí
Hoy en día existen lugares ancestrales que son reivindicados como parte del legado Querandí. Uno de ellos es Punta Querandí, sitio público y arquelógico de mil años de antiguedad considerado un lugar sagrado por parte de organizaciones indígenas del area metropolitana de Buenos Aires. El predio está ubicado en el paraje de Punta Canal, en las afueras de la localidad de Dique Luján, en el partido de Tigre, provincia de Buenos Aires.
Punta Querandí pretende ser anexado al Complejo Villanueva (11 barrios naúticos privados) por parte de la desarrolladora inmobiliaria EIDICO. Esto implicaría la destrucción del lugar arqueológico existente. Por esta razón está siendo defendido por indígenas, ambientalistas, docentes, vecinos y periodistas.
El predio en conflicto, donde se ha montado un campamento desde febrero de 2010 para defenderlo, está ubicado en frente de otro sitio arqueológico llamado "Garín", hoy debajo del barrio privado Santa Catalina.
En el 2001, el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, alertó por la destrucción de sitios arqueológicos indígenas a causa de los emprendimientos de barrios privados. Los yacimientos en peligro contienen enterratorios querandies, restos de cerámicas, instrumentos de hueso y otros materiales.