Precioso pueblo, donde parece que el tiempo se ha quedado parado. Donde sus costumbres y forma de vivir, han cambiado poco, pueblo turístico por excelencia, entorno casi de cuento, aún se elabora casi todo a mano, y mientras los turistas pasean alegres recorriendo cada rincón y maravillandose, sus gentes siguen como si nada, con sus tareas cotidianas. Aún queda algún albarquero, se sigue llevando el ganado a los praos a pastar, ordeñando las vacas, haciendo queso y mantequilla en las casas, y en el otoño deshojando el maíz, los niños juegan con los mayones, aunque la verdad es que poco, para ellos si que ha llegado la tecnología, y prefieren las maquinitas, pero aún con todo, todavía juegan. El pueblo es un remanso de paz y silencio, solo roto por el mugir de las vacas, y de los campanos de éstas
Sus calles empedradas hacen difícil el caminar si no estás acostumbrado, pero es una delicia perderte por ellas.
sus casa de piedra con muros anchos y solanas te aislan del crudo invierno, en las solanas se ponen a secar las panojas para luego deshojarlas y desgranarla, todavía queda algún molino donde moler, y con esa harina, hacer tortos y boronas, tambi´en las pulientas-
sus angostos senderos, solo son hoyados en invierno por el ganado autóctono,subiendo a las praderías a pastar
la artesanía es uno de sus mayores placeres
los ríos con sus cascadas descendiendo de los montes forman parte de la vida de este pueblo
vista del río en verano e invierno
bonitas casas adornan el paisaje
distintas vistas del pueblo
fin espero que os guste