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miércoles, 12 de octubre de 2011

Manco Inca Yupamqui


Manco Inca Yupanqui, también conocido como Manco Cápac II,[1] fue el primero de los cuatro rebeldes incas de Vilcabamba. Escapó de los ejércitos de Atahualpa en Cusco y ofreció ayuda a los conquistadores españoles creyendo que lo liberarían de las "malignas tropas de Quito".[2] Lo nombraron Emperador inca, pero después de los múltiples abusos que cometieron con él y su pueblo, decidió escaparse y rebelarse.[3] En 1536 casi libera Cusco y expulsa a los españoles,[4] sin embargo se refugió en Vilcabamba al tener que dar de baja a sus tropas por el excesivo tiempo que estaba tomando la guerra. Finalmente fue asesinado en 1544 (algunas fuentes indican 1545) por 7 españoles que lo traicionaron.[5]
Manco Inca fue uno de los más de 500 hijos de Huayna Cápac, probablemente nació en 1515, en Cusco.[6] Cuando las tropas de Atahualpa tomaron dicha ciudad bajo el mando del general Quisquis, mataron a los descendientes de Huayna Cápac, a los partidarios de Huáscar y todo aquél que pudiera intentar tomar el lugar del Inca. Por esta razón Manco Inca se vio obligado a huir evitando cualquier contacto con los atahualpistas.[7]
El 14 de noviembre de 1533 se la volo a Francisco Pizarro y su contingente tanto inca como español. Éste y otros hechos como la matanza de Atahualpa llevaron a Manco Inca a creer que los españoles eran "salvadores" enviados por los dioses.[8] Al presentarse a Pizarro éste le respondió: "Has de saber que yo vine con el único propósito de protegerte y liberarte de esta gente de Quito, podeis creer que yo no vengo en provecho mío." Existen dos versiones sobre el fin de Chalcuchímac. Una de ellas dice que para convencer al joven inca, Pizarro quemó vivo a Chalcuchímac delante de aquél.[8] Por otro lado, José A. del Busto cita a Pedro Sancho de la Hoz cuando afirma que el general ya había muerto un día antes del arribo de Manco Inca:[9]
                                                                                                         

 
"Informado el Gobernador de todas estas acusaciones y comprobando cuánto de verdad había en ello, mandó que fuese quemado vivo en medio de la plaza, y así se hizo, que los principales y más familiares suyos eran los que ponían más diligencia en prender el fuego (...) toda la gente de la tierra se alegró infinito de su muerte, porque era muy aborrecido de todos por conocer lo cruel que era".
'Pedro Sancho de la Hoz
                           .     
 
 
 
En la mañana del sábado 15 de noviembre, día de San Eugenio, las tropas hispano-indígenas ingresaron a la capital (Cusco) por el cerro de Carmenca (actual barrio de San Blas) para luego bajar por un camino que llevaba a un río y que posteriormente bautizaron como "El callejón de la Conquista" o "La calle de los Conquistadores".[10] Tras saquear el Coricancha, los templos y palacios más importantes del Cuzco, Francisco Pizarro coronó a Manco Inca como Sapa inca.[11]


Bajo el vasallaje español
Las tropas de Quisquis se enfrentaron al ejército combinado de Manco Inca y Pizarro. Pintura de Juan Bravo para la municipalidad de Cusco.
Una vez nombrado, Manco Inca solicitó a Pizarro que le dé permiso para organizar un ejército que combatiera a las tropas del general atahualpista Quisquis, Pizarro, además de darle el permiso, lo apoyó con caballos y soldados españoles.[12] Unos espías informaron a Manco Inca de las intenciones de las tropas de Quisquis para atacar Jauja, dándole la opción de enviar justo a tiempo a su ejército bajo el mando de su hermano; Paullu Inca. Tras la batalla, Quisquis y sus guerreros se vieron obligados a retirarse hacia Tarma. Sin embargo, fueron expulsados también de Tarma ya que sus habitantes eran huascaristas. Finalmente, Quisquis fue asesinado por sus propios soldados quienes se negaban a seguir combatiendo a los españoles.[13]

[editar] Muerte

En 1545 (algunos sostienen que fue en 1544), Alonso de Toro, teniente gobernador de Cusco ofreció una oportunidad a los almagristas que habían traicionado a España. Les dijo que si mataban a Manco Inca les perdonaría, y así fue. Un día de 1545, en Vilcabamba 7 almagristas asesinaron a Manco Inca delante de su hijo.[14]
Su hijo, Titu Cusi Yupanqui, sería más tarde cronista, y narró la muerte de su padre. Escribió el último mensaje que le dio agonizante: "No te dejes engañar con sus melosas palabras, son todas mentiras, si tú les crees te engañarán como lo hicieron conmigo".[14] Las cabezas de los 7 españoles que asesinaron a Manco Inca fueron exhibidas en las plazas y calles de Vitcos y Vilcabamba.[15]
Le sucedió su segundo hijo, Sayri Túpac Inca, quien renunció y dejó el trono a su hermano mayor (hijo mayor de Manco Inca) llamado Titu Cusi Yupanqui y cuando este murió le dejó el trono a su hermano llamado Túpac Amaru I. Los cuatro incas de Vilcabamba fueron de la familia de Manco Inca.[16]

Manco Inca lideró la más grande rebelión contra los conquistadores españoles. Dibujo: Guamán Poma de Ayala
Manco Inca Yupanqui nació en 1515, para unos en Cusco; para otros en Tiahuanaco. Sus padres fueron el emperador Huayna Cápac y la Coya Mama Runtu. Como miembro de la realeza incaica fue educado por grandes amautas en el Yachayhuasi de la capital imperial.

Cuando estalló la guerra entre sus hermanos Huáscar y Atahualpa, Manco Inca se proclamó partidario del primero y regresó de una expedición al Paititi para reforzar sus tropas.

Durante el retorno se enteró del triunfo de los atahualpistas que incluso ya controlaban el Cusco (1532). También le informaron de la cercanía de un ejército huascarista que venía acompañado de algunas decenas de "emisarios del dios Wiracocha", eran los españoles.

Entonces, Manco Inca, con sus tropas, se unió en Jaquijahuana a Francisco Pizarro, y juntos derrotaron al general atahualpista Quisquis en la batalla de Anta. Esto le permitió ingresar al Cusco acompañado de los "divinos" barbudos que lo reconocieron como nuevo Sapa Inca (1533).

Cuando los hispanos saquearon el Cusco y profanaron el Coricancha Manco Inca recién supo la verdad: los barbudos no eran dioses. Pintura: Teófilo Castillo
En 1534, cuando Francisco Pizarro regresaba a Jauja, Manco Inca fue apresado por Juan y Gonzalo Pizarro, quienes lo torturaron para que confiese la ubicación de muchos tesoros escondidos. El estoico monarca resistió el tormento, hasta que a comienzos de 1536, con mucha astucia logró que Hernando Pizarro lo liberara. Le prometió traer una estatua de oro que representaba a Huayna Cápac.

Con la ayuda del Willac Umu, el gran sacerdote del Sol, Manco Inca logró reunir 75 mil guerreros para recuperar el Cusco y destruir Lima. Los españoles hubieran sido aniquilados si no fuera por la ayuda de miles de indios auxiliares huancas, chachapoyas, cañaris, tallanes y huaylas, que no querían la resauración del Imperio Inca.

La guerra de resistencia incaica contra la españoles fue muy sangrienta. Dibujo: Miguel Ángel Yzaguirre
Manco Inca se refugió primero en Ollantaytambo, y en 1538 se estableció con su corte y sus tropas en ciudades incas de las montañas de Vilcabamba, en la selva del Cusco. Desde ahí dirigió varios ataques contra los españoles y sus aliados.


Sin embargo, en 1544 un confuso incidente durante un juego (herrón para algunos; ajedrez para otros) derivó en una riña que terminó cuando Manco Inca fue apuñalado por Diego Méndez y los demás españoles refugiados. Los asesinos fueron alcanzados por los guardias reales y murieron a lanzadas. 
                                                                                                

Avatar de jafetbo     Ruins of Machu Picchu - Machu PicchuManco Inca al galope. Dibujo: Willy Zeballos

En 1542, dio asilo a un grupo de almagristas derrotados en la batalla de Chupas. Éstos le enseñaron al Inca a montar caballo, usar armadura y manejar el arcabuz, según cuenta el cronista Fernando de Montesinos.
 
 
 
Indígenas de Manco Inca se enfrentan a los españoles por el Cusco



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