Cantabria explota en el otoño con diversidad de paisajes y tonalidades, el otoño época de melancolías y recuerdos que vuelven año tras año, infancia, juventud, esos tiempos que nunca volverán pero que siguen en nuestra cabeza. Llega cada año distinto con nuevas sorpresas, los bosques se desnudan en su mayoría, y aquellos que no pierden sus hojas, se cubren de un manto verde, el musgo, donde hay un mundo de vida, la mayoría muere, pero para resucitar en primavera, es un ciclo que se cumple a rajatabla, y que nadie puede parar. Mientras respetemos nuestro ecosistema así seguirá, pero si talamos y quemamos esos bosque la vida acabará, pero también para nosotros, los árboles son los pulmones de la tierra, deberíamos pensar mas ello, y cuidar y proteger, a estos gigantes que nos dan vida
En estos bosques corren ríos cortos pero rabiosamente rápidos, en sus orillas una vegetación de tonalidades rompe la monotonia del discurrir de río
sus liquenes se preservan del sol bajo el follaje de los exuberantes robles, hayas, abedules, tejos, castaños y nogales. El sol juega con sus luces colandose entre el ramaje, dorando sus flores.
En las copas de sus árboles, juegan los colores, con los tímidos rayos del que en esta epoca, por estar mas bajo dura menos tiempo. Como se puede apreciar el otoño también tiene moda, toda la gama de colores cual pinceladas aquí y alla, quedan plasmados sobre las copas, bellas, desafiantes, esperando los vientos que algunos desnudaran caprichosamente
La niebla forma parte del conjunto de estos paisajes, dandole un halo de misterio, no en vano aquí habitan las Anjanas, los Ojancanos, y un sin fin de seres misteriosos que habitan estos lugares,
La humedad siempre constante, en estos lares, hacen que los hongos proliferen, dandoles mayor singularidad al lugar, estos parajes son únicos, hay que visitarlos, inpregnarse de esa naturaleza viva, llena de contrastes, pero siempre de vida
Bosques llenos de verdor, Sol que da vida, ríos alocados, que humedecen la tierra, y la lluvia, siempre presente, empecinada taciturna, a veces fuerte, con aguaceros que no quieren parar, otras, suave, pero que cala, llamada calabobos, porque cuando te das cuenta estás empapado, pero siempre presente, en las cuatro estaciones
Y que decir de sus casonas blasonada e hidalgas y señoriales, que salpican toda la provincia. Otro día seguiré dando pinceladas sobre este paisaje Rustico, señorial, tiristico, y marinero.
A.R.G.